martes, 8 de abril de 2008

POETAS MALDITOS: GÉRARD DE NERVAL

Gérard de Nerval (22 de mayo de 1808– 26 de enero de 1855) era el pseudónimo literario del poeta, ensayista y traductor francés Gérard Labrunie, el más esencialmente romántico de los poetas franceses.En vida no conoció el éxito, pero su obra influyó decisivamente en el surrealismoy está considerada como uno de los pilares de la literatura moderna.

Nació en París en 1808. La muerte de su madre, Marie Antoniette Marguerite Laurent, cuando aún era un niño marcó no sólo su vida sino también su obra. En 1833 se enamoró de la actriz y cantante Jenny Colon, a quien le dedicó un culto idólatra. La muerte prematura de ésta en 1842, con 34 años, le dejó gravemente trastornado.

Fue figura de la bohemia parisina donde se convirtió en una persona extravagante, como partido en dos, escindido de sí mismo: la realidad y el otro lado. Todo esto se refleja en la continua tensión de contrarios que manifiesta su obra.

Gérard de Nerval fue durante toda su vida un espíritu atormentado que en los últimos años de su vida, los más fecundos, sufrió graves trastornos nerviosos, como trastorno bipolar, sonambulismo y esquizofrenia, lo que le llevó a temporadas en varios hospitales psiquiátricos, en donde, lejos de curarse, aumentaba su locura leyendo libros de ocultismo, cábala y magia, pero también escribiendo relatos. En una de las situaciones que provocaban sus internamientos fue el de verlo pasear a una langosta con una cinta azul. Estos sucesos unidos a sus problemas económicos, le llevaron a suicidarse ahorcándose de una farola en París, en 1855. Este trágico evento inspiró una litografía de Gustave Doré, quizás la mejor de su obra. Esta enterrado en el famoso cementerio parisino de Père Lachize.
Dejó una obra no muy extensa pero aquilatada y misteriosa que, a pesar de su carácter atormentado, refleja fielmente las inquietudes del alma humana.


El desdichado


Yo soy el tenebroso -el viudo- el Desconsolado,
el príncipe de Aquitania, el de la Torre abolida:
Muerta está mi única Estrella -y mi constelado laud
luce el Sol negro de la Melancolía.

En la noche del Sepulcro. Tú que me has consolado,
devuélveme el Posilipio y el mas de Italia,
la flor que tanto agradaba a mi desolado corazón,
y el emparrado donde el Pámpano se enlaza con la Rosa.

Acaso soy Amor o Febo?...Lusignon o Byron?
Todavía está roja mi frente del beso de la Reina;
yo he soñado en la Gruta donde nada la Sirena...

Y dos veces victorioso he cruzado el Aquerón:
Haciendo sonar alternativamente en la lira de Orfeo
los suspiros de la Santa y los gritos del Hada.



Epitafio

A ratos vivo alegre igual que un lirón
este poeta loco, amador e indolente,
y otras veces sombrío cual Clitandro doliente...
cierto día una mano llamó a su habitación.
¡Era la muerte! Entonces él suspiró:"Señora,
dejadme urdir las rimas de mi último soneto".
Después cerró los ojos -acaso un poco inquieto
ante el frío enigma -para aguardar su hora...
Dicen que fue holgazán, errátil e ilusorio,
que dejaba secar la tinta en su escritorio
Lo quiso saber todo y al final nada ha sabido.
Y una noche de invierno, cansado de la vida,
dejó escapar el alma de la carne podrida
y se fue preguntando: ¿Para qué habré venido?

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